jueves, 3 de abril de 2014

LA MUJER QUE YO ADMIRO



Una mujer independientemente de ser ama de casa tiene el don de transformar su vida, aunque no siempre es valorada. La mujer es quien lleva las riendas de una morada, sin ella el hogar no sería un hogar ya que es ella quien brinda calidez y armonía a su familia. Esta vez no escribiré sobre mujeres ilustres, no, escribiré sobre la eminente mujer, la que permanece en el anonimato, la mujer sacrificada, la mujer sumisa, dócil porque de esa forma fue educada por sus progenitores. La mujer que por conservar su hogar y dar un buen ejemplo a sus hijos permanece callada soportando humillaciones y maltratos tanto físicos y psicológicos, en algunos casos. 



En espera de que sus hijos crezcan y así poder liberarse de yugos. Esta mujer, aparte de ser madre es medico pediatra, profesora, psicología, abogada, psiquiatra tiene un sinfín de profesiones y oficios, no reconocidos. En ocasiones sin tener una preparación académica guía a sus hijos en las tareas escolares aprendiendo junto con ellos, logrando con la constancia y dedicación sobresalientes profesionistas.



Ella la que haciendo a un lado banalidades, no tiene manos suaves y bonitas, la que no viste a la moda, la que no acostumbra los salones de belleza, ni sabe maquillar su rostro, ni mucho menos derrocha en perfumes caros, la que no tiene coche del año, y que para ella, es más importante el conservar ese dinero para la educación sus hijos, esta mujer es la que yo admiro. 



La mujer abnegada, que prefiere vivir a la opacidad del marido que salir atrabajar ocho horas diarias fuera de casa; por un mísero salario, que apenas si le alcanza para su transporte, la que prefiere economizar lo que su marido le lleva y estar al pendiente de sus hijos, poniendo en una balanza el amor y el tiempo de calidad que brinda a su familia, haciendo magia en lo poco, porque es una mujer mágica, que todo lo transforma y hace rendir, y muchas veces sacrifica sueños y hasta su propio apetito, con tal de ver satisfechos a sus hijos. En algunas ocasiones si por desgracia llega a quedar viuda es capaz de sacar a sus hijos adelante, y de mucho más, demostrando su fortaleza, inteligencia y valentía. Esa mujer es mi madre.




Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.

Fotografía, mi madre Waldina Zapata H.

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