sábado, 10 de enero de 2015

UN ÁNGEL VIVO ENTRE TANTO MUERTO





Ni leyenda ni cuento;
tiene su carita triste y su mirada ausente;
muere por dentro huérfano de afecto
en tardes de estío tiembla de hambre 
y va muriendo de frío.

Descalzo deambula con sus piecesitos tiesos,
negros o morados y en su cuello un escapulario;
huele a soledad le asecha el peligro,
nos mira fijamente adentrándose en nuestra mente.

Se viste de harapos que desecha el rico,
de esa gente que acumula plata,
y creen que con golpearse el tórax
quedan purificados, pobres,
ignoran qué ya están condenados.

Y lo dijo Cristo en sus sagradas escrituras.
“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”
no confundamos seres humanos,
nunca dijo, odiaos los unos a los otros 
como yo os he odiado.

Ni leyenda ni cuento 
lo vi entre la gente con mirada ausente,
buscaba en la nada algún sobreviviente
dándose cuenta que los seres humanos
muertos estaban,
y solo deambulaban con los bolsillos llenos
y vacíos por dentro.

Ni leyenda ni cuento 
era un ángel vivo entre tanto muerto.


Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

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